Las formas libres de la arquitectura orgánica invitan a imaginar las siluetas de la naturaleza, estilizadas, en apariencia primitivas. Un intento por reconstruir formas naturales, de volver a los inicios. Formas circulares para favorecer la comunicación, la fluidez. Espacios continuos, amplios, cóncavos, acogedores. Integración, circulación y armonía con el espacio natural.
Aunque parezcan casas de cuentos de hada, de películas de ciencia ficción, no lo son. Tampoco son casitas de muñecas ni de hobbits. Estas casas son obra del arquitecto mexicano Javier Senosiain, quien sostiene que recrean espacios parecidos al claustro materno, a cavernas del hombre primitivo o a refugios de animales. De esta manera persigue seguir el movimiento natural del hombre y busca una armonía entre el hombre y la naturaleza, y entre las necesidades físicas y psicológicas.
Ubicadas en el municipio de Naucalpan, México, estas casas parecen tener vida propia, con sus brillantes colores y extraordinarios detalles. Al respecto, Senosiain ha comentado que “el ser humano no debe desprenderse de sus impulsos primigenios, de su ser biológico. Debe recordar que él mismo proviene de un principio natural y que la búsqueda de su morada no puede desligarse de sus raíces; es decir, debe evitar que su hábitat sea antinatural”.
Javier Senosiain estudió en la Facultad de Arquitectura de la UNAM, y su desarrollo profesional ha sido tan destacado, que actualmente es considerado el máximo exponente mexicano de la Arquitectura Orgánica, la cual promueve la armonía entre el hábitat humano y el mundo natural.
Algunos de los mayores representantes de este tipo de arquitectura a nivel mundial han sido los arquitectos Gustav Stickley, Antoni Gaudí, Frank Lloyd Wright y Hundertwasser, entre otros, en quienes principalmente se ha inspirado el mexicano Javier Senosiain para crear en sus peculiares obras, en las que incluye además aspectos del arte popular mexicano.
La arquitectura orgánica u organicismo arquitectónico, es una filosofía de la arquitectura que promueve la armonía entre el hábitat humano y el mundo natural; mediante el diseño busca comprender e integrarse al espacio, los edificios, el mobiliario y los alrededores, para que se conviertan en parte de una composición unificada y relacionada.
Algunas de estas casas bioarquitectónicas se encuentran desde hace años en el estado de México, aunque mucha gente no tiene conocimiento de ello.
Otras obras del arquitecto
Además de la Casa Orgánica (1985) el autor ha diseñado diferentes construcciones, totalmente innovadoras, rompiendo ejes tradicionales de forma, de líneas que no encajan en las concepciones clásicas.
Algunas de las más llamativas son:
Ballena Mexicana (1992)
Casa Flor (1994)
El Paraguas (2008)
El Hongo (2009)
Y también se destacan otras construcciones, ya fuera de la arquitectura orgánica, como:
Par prismático (1982)
Oasis productivo (1985)
Casa claustro (1994)
Fuente: www.eluniversaledomex.mx
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