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Un grupo de estudiantes japoneses de la Universidad de Waseda han diseñado y construido una innovadora casa de paja que produce su propio calor a través del compost agrícola. Durante los meses fríos, la paja seca se convierten en abono para la calefacción del interior, manejando los olores a través del método japonés bokashi, este sistema se trata de reciclar residuos de forma eficiente y limpia. El proceso de descomposición es rápido y no produce olores. Se obtiene un abono orgánico que, habitualmente, se usa para el jardín. Pero, es el caso de esta casa, se utiliza como combustible para la calefacción.

El compost natural puede generar hasta 30 grados de calor durante un máximo de cuatro semanas. Así se puede ver como recuperado materiales tradicionales y naturales se puede crear una casa que se climatiza de forma natural gracias a sus muros compuestos por paja y compost.

El proyecto, denominado «Una receta para vivir», se encuentra en la ciudad costera de Taiki-cho, en Hokkaido. Fue diseñado por los estudiantes Masaki Ogasawara, Keisuke Tsukada y Erika Mikami, para seguir los ciclos naturales de la ciudad, que genera una gran cantidad de paja de desecho debido a la industria lechera. Desde siempre, la arquitectura tradicional de zonas rurales ha aprovechado los recursos a su alcance para construir casas bioclimáticas, que fueran frescas en verano y guardaran el calor en invierno, pero este modelo, ubicado en la localidad de Taiki-cho, famosa por sus granjas de lácteos (y por tanto con suficientes pastos y paja), parece ir más allá: hace de la paja su principal material para regular la temperatura de la vivienda. La cultura de temporada de Taiki se centra en los pastos, que son una importante materia prima, y éste es uno de los elementos que los jóvenes diseñadores Keisuke Tsukada y Erika Mikami tuvieron en cuenta al elaborar su modelo que trata de respetar el ciclo natural y el calendario de cosechas de la zona.

Durante los meses de verano, la paja se seca dentro de estantes transparentes que conforman muros en su suma. Estos estantes sirven como «paneles de protección térmica» frente a la humedad. En los meses de invierno, la paja se convierten en abono para producir una fuente de calor a través de la fermentación microbiana.

Los muros revestidos de paja pueden ser cambiados un par de veces al año, proporcionando un sistema natural de calentamiento y enfriamiento que requiere de energía cero. “A Recipe To Live” fue el proyecto ganador del concurso LIXIL* International University Architectural Competition 2011.