El artista argentino Tomás Saraceno presentó su nueva instalación: una red de araña donde el público se puede introducir y contemplar el suelo a 25 metros de altura.
«En Órbita», el nuevo trabajo del tucumano Tomás Saraceno, plantea las relaciones entre el arte, la arquitectura, el diseño y la ciencia. Sus paisajes y su naturaleza, llevados a gran escala, diseñan otro mundo, en el que los espectadores están desafiados a la experiencia estética; esto, porque al recorrerlos, están incorporados a la propia obra y no fuera de ella; pasan inmediatamente de la observación y contemplación a la participación. Las esferas, gigantes y pequeñas, son parte ya del proyecto artístico-científico de este arquitecto nacido en Tucumán (1973), que se formó en Buenos Aires y luego se mudó a Frankurt, donde reside.
Sus galaxias y telas de araña, así como sus ciudades espaciales, han paseado por los espacios más importantes del mundo: la Bienal de Venecia, el MoMA (en su azotea, en el centro de Nueva York, instaló «La ciudad de las nubes»), Berlín, Londres y ahora en Düsseldorf (Alemania). En «La ciudad de las nubes», el artista construyó una burbuja de acero con 16 módulos unidos entre sí por un material acrílico, y en su interior se ubicaron 10 escaleras de acero por donde transcurrían los visitantes; la enorme escultura reflejaba el medio ambiente.
Saraceno deja en claro que no le interesa diferenciar el arte y la arquitectura ni las clasificaciones. Tributario de una tendencia que reconoce a Gyula Kósice como uno de sus pioneros, su constructivismo (¿futurista?) está marcado por la tecnología, por internet y por el concepto de lo fractal, con sus formas profundamente irregulares.
La red de seguridad construida en 2.500 metros cuadrados se divide en tres niveles. «Técnica, contenido y estética se encuentran entremezclados en esta obra de arte», declaró la jefa de la sala de exposiciones en Düsseldorf (Alemania), Marion Ackermann.
«Cada visitante puede sentir los pasos de los demás, con independencia de a la distancia a la que estén. Quien consiga superar sus miedos y confíe en la red, será recompensado con un sentimiento de euforia», explicó por su parte la comisaria de la exposición Susanne Meyer-Büser.
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