“El nuevo racionalismo se acerca más al diseño industrial anónimo que a una tendencia formal/emocional; parecería un paso hacia atrás, hacia las raices de la BauHaus de Walter Gropius, al diseño bien pensado y bien ejecutado”, afirmó el periodista José Luis González Cabrero. Quien explica que esta nueva macrotendencia “se alimenta de una propuesta de hace algunos años conocida como movimiento supernormal, desarrollado por los diseñadores Jasper Morrison (Inglaterra) y Naoto Fukasawa (Japon), donde los objetos eran ´sirvientes discretos y funcionales´ que no contaminaban visualmente los espacios, sino que se dedicaban a cumplir funciones con materiales y colores neutros, apostando por durabilidad y función en vez de impacto y belleza”.
Según González Cabrero se trata de un nuevo racionalismo que “toma estos conceptos como base, pero los fusiona con la visión del diseño industrial aplicado en los detalles al que nos han acostumbrado multinacionales como Apple, donde, por ejemplo, los contornos de los objetos son los que le dan esa apariencia perfecta”. “A simple vista son paralelepípedos perfectos de materiales impasibles, pero encierran funciones y hasta procesos que son utilizados de una manera innovadora e inteligente y permiten crear un producto discreto y funcional, que esconde su aportación estética en detalles y procesos”, agregó el periodista.
Algunos de los objetos que se pueden encontrar bajo este nuevo concepto de racionalismo, están: sillas elegantes, lineales, ligeras y simples; relojes en el que las horas son indicadas con cortes en la madera, su único material; y lámparas modulares translúcidas o mesas de metal torneado.
Fuente consultada: www.revistacodigo.com