La Permacultura es un sistema holístico para diseñar ecosistemas auto-sostenibles siguiendo las pautas de la naturaleza. Algunos de sus lemas son: convertir problemas en oportunidades, desechos en recursos; mínimo cambio para el máximo efecto; todo afecta a todo. Este diseño debe tener en cuenta la orientación solar, materiales ecológicos, aprovechamiento de los recursos disponibles, sol, agua, viento, tierra, entre otros.
Siempre nos hemos preguntado: ¿hasta cuándo vamos a seguir con este tipo de construcción “voraz” sin tener en cuenta el entorno donde se construye? Pues la respuesta es elocuente: ¡Hasta que se produjo la mayor crisis económica de la historia desde la del ’29!. Hoy corren tiempos de reflexión en el sector de la construcción…
Muchos especialistas en la construcción bioclimática han tomado una dirección pensando en cambiar, innovar, revolucionar el sector de la edificación y porque se consideran en parte “cómplices del desarrollo urbano”. Es por ello que muchos proyectos actuales tienen en cuenta, entre otras cosas, el concepto de PERMACULTURA (cultura permanente). La Permacultura es un sistema holístico para diseñar ecosistemas auto-sostenibles siguiendo las pautas de la naturaleza. Este concepto, aplicado en origen a la agricultura, se puede aprovechar para todas las facetas de nuestras vidas, porque se trata de la interacción que tiene el ser humano con el resto de la naturaleza, y cómo puede obtener beneficio sin dañarla. La Permacultura parte de una ética fundamental:
Trabajar con la naturaleza no contra ella.
Por ejemplo: la orientación solar, materiales ecológicos, aprovechamiento de los recursos disponibles, sol, agua, viento, tierra,…
Convertir problemas en oportunidades, desechos en recursos.
Por ejemplo: aprovechamiento de las aguas pluviales para relleno de cisternas y lavadoras o las aguas residuales para regado del jardín o huerto.
Mínimo cambio para el máximo efecto.
Por ejemplo: Desarrollar el proyecto respetando la topografía de la parcela.
El rendimiento de un sistema es teóricamente ilimitado.
Por ejemplo: Un molino de agua, microaerogeneradores, sistemas fotovoltaicos,…
Todo afecta a todo.
Valoramos la interacción de los sistemas constructivos con el medioambiente y la salud del ser humano adoptando en cada caso la mejor solución posible, por ejemplo: las cubiertas ecológicas, sistemas de compostaje biológicos, aprovechamiento de materiales de la zona para evitar desplazamientos mundiales…. Pero este concepto de la permacultura se puede aplicar en nuestra vida cotidiana. A continuación, algunos consejos útiles para ahorrar energía y conseguir un confort natural en las viviendas (*):
1. Para mantener el calor dentro de la vivienda.
Tapa las rendijas de debajo de las puertas, sin olvidar la circulación del aire.
Instalar ventanas de doble cristal más cámara de aire y carpinterías con ruptura de puente térmico.
Instalar muros con gran aislamiento y cámaras de aire.
Seleccionar los aislantes ecológicos: celulosa, lana de oveja, corcho,… y evitar aislantes químicos, tóxicos y derrochadores de energía para su fabricación.
Instalación de suelo radiante o situar los radiadores lejos de las ventanas.
Usar estufas de leña, biomasa.
2. Para conservar el agua.
Desviar el agua gris del lavabo a la cisterna.
Reciclar el agua del baño/ducha/lavadero en el jardín, o depurarla a través de un sistema de lechos de grava y carrizo.
3. Para ahorrar electricidad.
Usar bombillas de bajo consumo y larga duración.
Utilizar bombillas de pocos watios en corredores.
(*)FUENTE:
LIBRO: PERMACULTURA: UNA GUÍA PARA PRINCIPIANTES
AUTOR: GRAHAM BURNETT
EDITORIAL: ECOBHABITAR
Fuente: