Maderas, piedras y metales son sus aliados. El escultor Héctor Villanueva busca transformar un plano de chapa en una fiesta. Reflejar sus ideas y creencias en objetos. Sus mesas y otros objetos, algunos realizados por encargo, son piezas únicas, destinadas a representar la naturaleza esencial de los materiales elegidos para llevar a cabo su creación.

 

En los fondos de una vieja casona del barrio de Balvanera, un maravilloso galpón de fines del siglo XIX, el escultor Héctor Villanueva realiza su obra.

Argumenta que el haber experimentado el trabajo con materiales como madera, piedra, metales, le da la posibilidad de encontrar el elemento más indicado para decir sus ideas y creencias.

A los seis años tuvo una muy buena afinidad con la hojalata a pesar de que comenzó como una obligación porque había que fabricar torteros, se transformó lentamente en goce. ¿Por qué? Fue simple: aprendió jugando, un barco de chapa, un camión, un perrito, el famoso Pato Donald, que se convertirían en la torta de cumpleaños de algún otro niño.   El transformar un plano de chapa en una fiesta perdura. Como las tardes con el primer cortaplumas paterno, en la Plaza Richieri no había rama que se cayera que no le faltara una parte, y comenzara a ser otra cosa.

Maderas, piedras y metales, se han convertido en aliados para lograr algunas de estas cosas que hoy fabrica.

 

Esculturas

“Las palabras más austeras pero llenas de conocimiento que mis maestros han fijado en mí, son aguafuertes que brotan en cada proyecto que comienza.

Imágenes del fragor intenso de alguna tarde de herramientas (fragua al rojo, ritmo de maza y yunque y el acero baila para gubia o cincel).


El café recién molido de Michel, el dilema blando del barro de Juan Córdoba, las noches de Balvanera en lo de Pesce, los enhebrantes hilos de la viruta de Carlitos Demestre, la hediondez del sulfhidrato de amonio, luz de gradina en las manos de Don Ramón Castejón, la "Venus de Chacarita" de Carlo Marchessotti, infinitos colores que siempre dicen "adelante" de Líbero Badi, reuniones de sábado por la tarde con Antonio Pujía.


Ellos son quienes han creado un espacio cilíndrico e inmortal para seguir fluyendo, con sutileza, en mis horas más adversas con la obra.”

 

Objetos escultóricos

“En estos últimos años desarrollé trabajos por encargo ciertamente desafiantes, con materiales diversos: piedras semipreciosas, granitos, maderas de 500 años de crecimiento, metales como el hierro, acero inoxidable, fundiciones de bronce, de aluminio, de plata, oro, cobre. Estos elementos han fortalecido el tejido íntimo de comunicación con ellos.


Cada encargo es un desafío en sí mismo, sea un diseño propio o compartido con quien me lo pide. Elegir con qué materiales será realizado me provoca al intento de mostrar su naturaleza propia en su expresión más pura.


Esto me ayuda a abrir posibles contactos con conocimientos primarios: en algunos casos me llevaron hasta mi infancia, recuerdo a mi abuelo Nicolás, fue yesero distinguido en el Buenos Aires de los '30; mi padre, José Francisco, artesano en metales, dibujante, y en sus últimos años dedicado totalmente a sus sentimientos más elevados: la espiritualidad en la pintura.


La seguridad de poder ‘hacer’ se nutre de mis ancestros y también me ayuda a trascender el objeto en una escultura utilitaria.”

 

 

Más información:

www.artevillanueva.com.ar