Un joven profesional quería una casa para él, pero que pudiera adaptarse a las necesidades de una futura familia. Es por eso que BAM! Arquitectura concibió una casa fácil de ampliar en el barrio cerrado de Escobar.

El proyecto estuvo a cargo de Gonzalo Bardach y Matías Mosquera, del estudio BAM! Arquitectura, quienes buscaron, además de un bajo mantenimiento y alta durabilidad, cumplir con ciertos principios sustentables.

Sobre un lote de 800 m2, Bardach y Mosquera diseñaron una casa simple, con acento en la flexibilidad y la funcionalidad de los espacios, con 160 m2 cubiertos y 30 m2 destinados a semicubiertos.

La Casa CG342 se trata de un gran bloque longitudinal, en el que se encastra perpendicularmente un segundo bloque, que sobresale unos metros hacia ambos frentes. En planta baja, la casa tiene un amplio living comedor con cocina integrada. Y un dormitorio con baño en suite que, según asegura Bardach, podría ser transformado en un ambiente con otras funciones, como un escritorio o lugar de trabajo. En este nivel también se dispuso un semicubierto con espacio para dos autos, parrilla, lavadero y toilette. Buena parte del terreno, en tanto, se reservó para instalar una piscina.

La losa de planta baja se abre en medio del living para generar una escalera escultórica que lleva al primer piso. En este nivel hay dos habitaciones, un baño y una terraza verde de 9 x 4 metros cubierta con pasto autóctono. “Cuando se accede al primer piso se va a la terraza o las habitaciones –detalla Bardach–. En el futuro, si el dueño de la casa quiere ampliarla, podría utilizar ese espacio verde para un cuarto dormitorio con vestidor y baño en suite, y agregar otro espacio, como un family o estar íntimo”.

La flexibilidad planteada permite aislar el sector privado desarrollado en planta alta, del sector público ubicado en la planta baja.

La circulación vertical en doble altura baña al espacio de luz cenital y vincula ambos niveles.

Debido a la fuerte incidencia del sol en el terreno (casi sin árboles) se optimizó la aislación térmica dotando a todas las aberturas de doble vidriado hermético. La terraza verde, por su parte, contribuye al mismo objetivo.

Siguiendo principios sustentables, posee un sistema para recolectar el agua de lluvia que se utiliza para regar el jardín, que ocupa buena parte del terreno y da a la laguna. “La planta alta –explica el arquitecto– se giró para lograr más luz hacia el Norte, así la terraza amplía sus visuales y funciona como mirador a la laguna, la cancha de golf y el jardín”.

Fuente: Clarín