Docentes y alumnos de la Facultad de Arquitectura trabajan en las islas ubicadas frente a Rosario, explorando las posibilidades de la disciplina en territorios no urbanos y de gran valor patrimonio y cultural. La iniciativa se remonta al 2001 y los primeros lugares en los que se trabajó fueron el cauce de los arroyos Ludueña y Saladillo, algunos sitios sobre la costa del río y lugares como Puerto Gaboto, Carcarañá y Victoria. Hoy se encuentran trabajando en la Isla del Charigüé, ubicada frente a la ribera rosarina.
Docentes y alumnos de la Facultad de Arquitectura trabajan en las islas ubicadas frente a Rosario, explorando las posibilidades de la disciplina en territorios no urbanos y de gran valor patrimonio y cultural.
La iniciativa se remonta al año 2001, cuando un grupo de docentes del Taller de Proyecto Arquitectónico de la FAPyD comienza a incorporar a la formación tradicional en contextos predominantemente urbanos, el estudio de territorios con un alto valor patrimonial cultural y natural y explorar las posibilidades de la disciplina para desarrollar proyectos sobre el habitar humano y su futuro en esos contextos.
Los primeros lugares que se tomaron como casos de estudios fueron la periferia de la ciudad, el cauce de los arroyos Ludueña y Saladillo, algunos sitios sobre la costa del río y lugares como Puerto Gaboto, Carcarañá y Victoria. Hoy se encuentran trabajando en la Isla del Charigüé, ubicada frente a la ribera rosarina.
El interés se centra en la relación de la arquitectura y esos territorios no urbanos, y de cómo sus dimensiones físicas e imaginarias pueden determinar el desarrollo de proyectos de arquitectura. Esta nueva dimensión que incluye a los territorios junto con las ciudades como objeto de estudio de la carrera, cobra más entidad con la creación de la Cátedra Optativa “Manifestaciones espaciales de la cultura y la naturaleza” a cargo de la Dra. Arq. Bibiana Cicutti, el Arq. Marcelo Barrale y la Arq. Ana Valderrama.
“En la Isla del Charigüé comenzamos a trabajar en el año 2007 cuando nos empezó a interesar el Acuífero Guraní como unidad de paisaje que involucra precisamente, cuestiones culturales y naturales fuertes”, cuenta Ana Valderrama, quien actualmente lleva adelante su tesis de Maestría sobre este territorio en particular en la Universidad de Illinois en Urbana-Champaign, la prestigiosa escuela de Arquitectura del Paisaje en USA, producto de haber sido merecedora de la Beca Fulbright.
Los trabajos en el Charigüé fueron y son posibles gracias a un convenio de cooperación con Mario Domínguez, Director del Centro Cultural de la Isla, artista plástico, Ingeniero y docente de la Facultad de Arquitectura. “Alli comenzamos a hacer trabajos de proyectos teóricos y construcciones, que fueron complementando las que ya tenía el Centro Cultural”, cuenta Ana.
Como parte de esta articulación, durante los meses de mayo a julio de este año, se llevó adelante el seminario “Accidente in-forme” – a cargo de un equipo de trabajo interdisciplinario formado por docentes, artistas plásticos invitados y organismos como el Taller Ecologista y el Taller Flotante- con alumnos de 3ero y 6to año trabajando en propuestas proyectuales en la isla.
El seminario tomó además un fragmento específico de la tesis de maestría de la Arq. Valderrama. “La idea es explorar las posibilidades de la arquitectura de producir modificaciones en territorios inestables como es la isla”, explica Ana. “A la isla la consideramos como un territorio que está en constante cambio, producto de las inundaciones, la acumulación y erosión de sedimentos, de la transferencia y el trasporte de especies animales y vegetales, entre otros factores”.
“Al ser un territorio en constante cambio y movimiento, a arquitectura necesita preguntarse qué puede hacer en la isla, qué posibilidades tiene de introducir una cierta cantidad de artificialidad y a la vez dejarse afectar por estos proceso naturales”, cuenta la arquitecta que, durante este semestre se encuentra en EEUU completando su tesis de doctorado. “Actualmente nos encontramos una etapa de formulación más compleja, articulando con el posgrado en Arquitectura del Paisaje de la Universidad de Illinois, desarrollando un convenio de mutua cooperación entre ambas universidades”, concluye.
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